Cabaña

Un regalo de una estrella fugaz

Las Familias Conejos Chocolate, Ardillas de la Nuez y Gatos Seda han venido para quedarse en una casita cerca de la costa. Incluso después de jugar todo el día en el mar, los niños todavía disfrutan de bañarse y preparar una barbacoa con los peces que pescan.
Cuando suben a sus hamacas por la noche, están tan entusiasmados que la última cosa que quieren hacer es dormir.

Una noche, ya muy tarde, Freya, la Hermana Coneja Chocolate, Rafael, el Hermano Ardilla de la Nuez y Tiffany, la Hermana Gata Seda, sale al mirador de la terraza y alzan la vista al cielo.
“¡Es tan hermoso! ”Las estrellas se extienden por todo el cielo entero.
En ese momento ven una enorme estrella fugaz cayendo hacia la playa.

“Nunca he visto una estrella fugaz tan grande”, dice Rafael.
“Mañana vamos a tratar de encontrar donde cayó”.
A Ralph le gustan mucho las cosas extrañas. A la mañana siguiente los tres salen para acercarse donde la estrella fugaz cayó.
“Cayó por aquí”, dice Rafael.
“Tal vez era una verdadera estrella”, dice Tiffany.
Sólo para divertirse, buscan a su alrededor y también detrás de una pequeña roca. Allí tienen una sorpresa.

Detrás de la roca encuentran un montón de conchas marinas brillantes. Están encantados.
“¡Son preciosos! como trocitos de estrella... ”
“¡Míralos todos! Es asombroso que todos cayeran juntos. Tal vez la estrella fugaz nos mostraba el escondite de este tesoro”.

Sin embargo, Freya los mira en el silencio.
Son conchas marinas que recogió el día anterior. Estaban en el camino mientras nadaba, y los puso allí. Pero Rafael y Tiffany están tan emocionados que no se atreve a explicarles.
Por tanto, sólo mira cómo Rafael y Tiffany felices, llenan sus bolsillos con las conchas o las envuelven en sus pañuelos.

“Esa estrella fugaz nos trajo un regalo inesperado”, piensa Freya y sonríe...
“Tenemos algo para enseñaros”, explican Rafael y Tiffany a los bebés cuando regresan a la casita de la costa. Cuentan cómo encontraron las conchas marinas.

“Cuando la estrella fugaz cayó, nos dijo donde había un tesoro”.
“Estas conchas son como pequeños trocitos de estrella”.
Los bebés quedan muy sorprendidos.
“¡Un tesoro! ¡Queremos el tesoro!”
“No os durmáis esta noche y buscad una estrella fugaz”, les dicen Rafael y Tiffany.
Pero esto parece un problema.
“¿Ahora qué? No hay más conchas”, piensa Freya.
“Los bebés van a quedar muy decepcionados”.

Se escabulle sigilosa y sola hacia la playa, encuentra más conchas y las deja detrás de la roca.
“Yo buscaré estrellas fugaces” les dice a los bebés por la noche.
“Vosotros id a a dormir”.

A la mañana siguiente cuando los bebés se despiertan, les dice, “una estrella fugaz cayó anoche”y los lleva hasta la playa.
“¿Era por aquí? ¿O tal vez ahí?”
Comienza a buscar entre las rocas.
“¡Busquemos también!”
exclaman los bebés y comienzan felices a andar a su alrededor tambaleándose.

Pronto Ambrose, el Bebé Ardilla de la Nuez, encuentra las conchas detrás de la misma roca.
“¡Mirad! ¡Todo un tesoro!”
Crema, el Bebé Conejo Chocolate y Gilly, el Bebé Gato Seda se acercan. Todos están muy contentos.

Mirándolos, Freya sonríe feliz.
“Esta estrella fugaz realmente ha traído muchos regalos”...
Las conchas que Freya pasó tanto tiempo en reunir, se han convertido para todos en
“los souvenirs” de las vacaciones en el mar.

La historia se extiende por todo el pueblo y pronto todos los niños dicen,
“cuando ves una estrella fugaz al lado del mar, es para decirte dónde hay un tesoro”.
Siempre que Freya escucha esto, se siente a la vez feliz y un poquitín desconcertada.

FIN

AVISO


Las fotografías se preparan especialmente para representar las diferentes historias.

Algunos de los accesorios son arreglos puntales sólamente para las fotografías y no están disponibles para su venta.

Es posible que algunos accesorios de las figuras no puedan encajar tal y como se muestra en las fotografías.